martes, 13 de mayo de 2008

Sobre la privacidad y el uso de la información

Datos de 6 millones de chilenos dando vuelta en la red son algo de temer...

Que los avances en tecnología han generado cambios importantes en nuestras formas de relacionarnos es un lugar común casi incuestionable. Personalmente, creo que esa afirmación tiene bastante de real.

El sábado pasado fue informado que se encontraba a libre disposición una base de datos con información sobre 6 millones de personas. Datos extraídos de fuentes gubernamentales y privadas. Al parecer, acceder a mucha de la información no requirió mucho esfuerzo ni conocimiento computacional; básicamente, la información estaba mal protegida, o no fue considerada como "privada".


Desde ese día se han generado reacciones diversas, algunas más histéricas que otras (propio de los chilenos). Se ha hablado de proyectos de ley, de delitos, de "hackers" y "hackeos". Se dicen tantas cosas.

Mi primera reacción fue notar dos cosas: la mayoría de los medios de comunicación poco interés manifestaron en el asunto, lo que creo se debe a que los chilenos estamos acostumbrados a que nuestra información ande dando vuelta de mano en mano, de vendedor en vendedor. La segunda, constatar la falta de celo de los órganos públicos por cuidar información que los ciudadanos hemos entregado.

Pero luego del temporal, la calma... En realidad, pensamos con mi esposa, hace tiempo que nuestra información anda dando vuelta, hace tiempo que es posible rastrear información cruzando diversas fuentes. El punto es que sólo algunos pueden hacerlo porque disponen de medios más o menos legales para hacerlo. Esos algunos poseen un poder que el común de los connacionales no poseemos. Ellos tienen nuestra información, me refiero a grandes consorcios comerciales, asociaciones gremiales como las cámaras de comercio o las isapres. Que la usen bien o mal no es un problema; si tengo la información y requiero saber algo, ¿por qué no habría de utilizar los datos que poseo?, ¿por una ley?... andaaa.

Por otro lado, parece que es una tendencia cultural que estamos transitando hacia una sociedad menos pudorosa. Tal vez, fenómenos como los videos subidos a "youtube", los "fotologs", los blogs (por supuesto) o las comunidades tipo "facebook" muestran que las personas están (estamos) tendiendo a reservarse cada vez menos datos personales. Probablemente, en poco tiempo ya no estaremos hablando de aquello que, tradicionalmente, hemos conocido como "privacidad". Sin duda, internet tiene que ver con ese cambio cultural.

Dados los puntos que expongo en los párrafos anteriores, tal vez sería mejor procurar contar con bases de datos públicas con toda la información de todos. En el fondo, mientras más información hay, mientras más nos conocemos, estamos más seguros, por un lado. Por otro lado, al estar la información disponible para un número mayor de personas, son más los que se benefician, más se distribuye el poder y menos concentración hay, que produce distorsiones en las condiciones de competencia respecto a los grandes sectores empresariales.

Por ejemplo, si todos sabemos que "juanito" pertenece a una extraña religión medioriental, menos posibilidades hay que sea discriminado por esa razón; porque sabremos que hay muchos otros como "juanito", porque ellos se vincularán y montarán sus redes de protección, y terminaremos por aceptar que existen y forman parte de nuestra sociedad. Otro ejemplo, si todos mis datos indican que no consumo viagra, tal vez dejarían de llegarme esos millones de "spams" ofreciéndome pastillas que no compraré hasta dentro de doce largos meses... O en positivo, si saben mi tendencia política, quizás el candidato Piñera deje de hacerme llamadas telefónicas porque sabrá que nunca votaré por él, aunque no me contrate en sus empresas, o aunque me contrate. Tal vez, el almacén de don Manolo podrá ofrecer productos particulares para potenciales clientes, realmente interesados en esos productos.

Los beneficios de liberar la información, hasta ahora, considerada "privada"
pueden ser muchos. Tantos como los de liberar los códigos de los programas computacionales. Tantos como los beneficios económicos, que algunos señalan, tendría la legalización de la marihuana. Vaya a saber uno...

Por último, creo que la tendencia a ser menos pudorosos con quienes somos y con nuestra "privacidad" se impondrá, de modo que los "privacidistas" leguleyos estarán dando la hora.

Un abrazo.

MVP

 
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