miércoles, 18 de junio de 2008

Muchas palabras, muchas...

Este artículo quería escribirlo hace tiempo, pero estaba tratando de entender más del tema... no lo he conseguido, así que aquí voy...

Toda la discusión sobre la LGE me tiene la mente en un hilo, no logro entender todos las materias que se discuten. Posiblemente los involucrados lo tienen claro, pero lamentablemente los medios no ayudan mucho para que los "comunes" nos informemos, otro ejemplo de dolo intelectual... Hace un par de semanas le escribí a unos dirigentes de los profesores de mi comuna (Quilpué) para ver si tenían un documento en que analizarán la Ley, pero aun no recibo respuesta.

Lo primero que me confunde es la cantidad de materias que se tratan: calidad, lucro, municipalización, público vs. privado, sostenedores, selección, Estado docente (rol del Estado). Lo interesante es que ninguna de estas materias tiene que ver directamente con la educación; pero claro, todas la condicionan. De manera que la primera conclusión es que la discusión es sobre las condiciones en que se educa en Chile.

Una pregunta más interesante y por la cuál valdría la pena matar es decidir para qué nos educamos, y una por la que valdría la pena morir es responder por qué nos educamos. Moriría porque me dejaran vivir conforme a mi cosmovisión, sea cuál fuera, y mataría para evitar que me impongan una visión del mundo que coarte mis concepciones vitales.

Básicamente, la educación tiene dos objetivos: que el individuo se desarrolle en todo su potencial (afectivo, intelectual, social, físico, y otros) y que los individuos estén capacitados para contribuir al desarrollo de la sociedad de la mejor manera (actualmente se traduce en mejorar la productividad de los individuos).

Si juntamos ambos objetivos: el desarrollo personal con el aporte social del individuo, rápidamente (aunque no directamente) podremos llegar a que la educación tiene un potencial transformador. La educación puede transformar a los individuos, e individuos educados (bien), tienen el potencial de transformar su sociedad.

La pregunta que surge inmediatamente es: ¿quié quiere educar?, ¿qué institución está dispuesta a educar y no a adoctrinar?. Si toda institución es conservadora por esencia, ¿qué interés tendría en procurar una educación que potencie su propia destrucción?

Al Estado, en cuanto Gobierno, no le interesa ser sobrepasado por las concepciones de su pueblo o ciudadanía. Al capital tampoco le interesan obreros o empleados preocupados en superar las relaciones de dominación-subordinación imperantes.

Creo que el conocimiento libera (ya lo decía la sentencia bíblica: "conocerán la verdad, y la verdad los hará libres"). De modo que el conocimiento es un atentado contra los que detentan el poder ("porque cuando el pueblo sabe, no lo engaña un brigadier", Piero).

No creo que en este momento se esté tratando el tema de la educación en sus aspectos fundamentales. Más bien, todos los involucrados en las discusiones entienden la educación como una herramienta de progreso social (económico) para los individuos y el asunto en cuestión es quién la paga y a quién se le paga.

Por otro lado, hoy no basta una educación pluralista; en una sociedad globalizada como la que presumimos, se requiere una educación diversa. El respeto a la diversidad no puede entenderse como la capacidad de cohabitar, sino como la posibilidad de desarrollarse en interacción; no es que yo permito que el "indiesito" comparta conmigo la sala, es que el "indiesito" pueda transformar mi cultura desde sus paradigmas. Esto no lo puede hacer el Estado docente, al Gobierno (de turno) no le interesa diversificar la matriz cultural porque arriesga su hegemonía, ni puede porque la multiculturalidad actual supera a las pequeñas colectividades que detentan el poder temporalmente.

De manera que si se desea una educación liberadora-transformadora, debe estar en las manos de aquellos que pueden educar desde sus distintas culturas. No se trata de la libertad de enseñanza desarrollada por los intelectuales del modelo socio-económico. Se trata de sentar las bases de un modelo de sociedad multicultural, donde se garantice la capacidad de disentir.

En Chile somos profundamente institucionalistas. Si las instituciones funcionan, entonces podemos dormir tranquilos. Tanto así que hasta los sectores anarquistas del movimiento estudiantil luchan por una educación en manos del Estado... Tanta confianza en el Estado me genera desconfianza y miedo. Yo no quiero ser educado por el Estado, ni quiero que a mi hijo lo eduque el Estado. Porque el estado no somos todos, el Estado son unos pocos que vienen de antes que nosotros, son unos pocos con más poder que nosotros.

El sistema político que actualmente tenemos los chilenos consagra una diferencia abismal entre Público y Estatal. Un sistema político que no está preocupado de discutir aquello que nos afecta a todo (lo público). Y no es de mala gente necesariamente, es que el todo de ahora es más grande, diverso, multiple, amorfo, disperso.

Por una educación para la libertad, por una educación multicultural. No a la educación Estatal, ni de los grupos de poder (que menejan el Estado). Necesitamos que se garantice el derecho a las distintas culturas que habitan en Chile de educar-educarse-educarnos de forma gratuita y con la mayor disponibilidad de recursos pedagógicos.

Espero sus réplicas.

domingo, 8 de junio de 2008

Los computadores de Bachelet

El 21 de Mayo la presidente de la República anunció la entrega de 30.000 (treinta mil) computadores para "los mejores" alumnos de séptimo básico de escuelas de escasos recursos.

A partir de ese momento se han dado interesantes discusiones en torno al tema.

Acá expongo algunos comentarios personales a la medida anunciada y dichos de otras personas.

  1. Sin duda es un avance plantear entregar computadores a los estudiantes.
  2. El número anunciado es insuficiente, y el dinero invertido es poco.
  3. La discriminación entre "mejores" y "no tan mejores" es inaceptable. Se supone que la entrega de computadores forma parte de una estrategia para igualar las oportunidades. No es un premio ni un regalo a los que tienen mejores condiciones ambientales para estudiar. Este punto lo trataré en detalle más adelante.
  4. No se ha dicho qué computadores se compraran ni a quién. Las personas con las que he hablado plantean que el gobierno podría licitar el paquete completo o entregar a cada estudiante un cupón para canjearlo en una tienda (de seguro "gran tienda"). Sólo esperar la forma más transparente y económica. Creo que sería más beneficioso que el estado negociará directamente con los fabricantes; puede que 30.000 unidades sean muy pocos para esta negociación...
  5. En el anuncio no se dijo nada sobre el sistema operativo de estos computadores. Mi opción, y la de muchos, es que vengan con linux preinstalado; que es gratuito en muchos casos. Las razones sobran y se pueden leer en muchos sitios. A modo de ejemplo, la edición hogareña básica de "Vista" tiene un precio de mercado aproximado de $63.500.- (setenta y seis mil pesos) descontado el iva, por 30.000 (treinta mil) unidades suman $1.905.000.000.- (mil novecientos cinco millones de pesos). La cantidad habla por sí misma, con ese dinero se pueden comprar muchos computadores más...
  6. Frente a las dudas de un anuncio poco detallado, ¿por qué mejor no optar por la alternativa del proyecto "Un Computador Por Niño"? ("iniciativa ciudadana destinada a promover el acceso permanente y libre a computadores para al menos 1 millón de niños y jóvenes chilenos viviendo en condiciones de pobreza antes del Bicentenario (2010).").
Ahora, mis aprensiones sobre la discriminación involucrada en el anuncio.
  • El material docente no debe ser tratado como un premio, un computador no es una consola de juegos (aunque sirva para esos fines). De lo contrario, se deberían entregar los textos escolares sólo a los alumnos que hacen las tareas...
  • Una política educacional coherente debería procurar la igualdad de oportunidades y la equidad en el acceso a los medios de manejo del conocimiento.
  • En general, las calificaciones en escuelas de escasos recursos y rurales, tienden a reflejar condiciones familiares, no el mentado esfuerzo personal que se le está exigiendo a los niños pobres.
  • Puede que los dos "mejores" del curso estén muy claros, pero el tercero y cuarto dependerán de una décima más o menos, agregándole una componente extra al proyecto y una responsabilidad adicional a la labor de los docentes.
  • Algunas personas, con las que he conversado, consideran correcto limitar los computadores porque los "flojos" usarán el computador para jugar, chatear o ver pornografía... ¿y los "aplicados" no?. Es cosa de pasearse por los laboratorios de computación de las universidades y ver lo que más abunda. Por otro lado, la industria de los juegos es uno de los motores importantes en el desarrollo del "hardware" y una puerta de entrada al mundo de la programación.
  • Finalmente, algunos han señalado que restringir los computadores favorece la competencia. Tan Darwinianos ellos. Estamos hablando de educación básica (7° básico). Esta es la educación que el Estado ha considerado impresindible para sobrevivir en nuestra sociedad y ser un mínimo aporte a la industria nacional. En esta educación no se compite, debe ser procurada a toda la población y, con mayores esfuerzos entregada a los sectores más frágiles de la nación.
Por todo esto... UCPN!!

martes, 13 de mayo de 2008

Sobre la privacidad y el uso de la información

Datos de 6 millones de chilenos dando vuelta en la red son algo de temer...

Que los avances en tecnología han generado cambios importantes en nuestras formas de relacionarnos es un lugar común casi incuestionable. Personalmente, creo que esa afirmación tiene bastante de real.

El sábado pasado fue informado que se encontraba a libre disposición una base de datos con información sobre 6 millones de personas. Datos extraídos de fuentes gubernamentales y privadas. Al parecer, acceder a mucha de la información no requirió mucho esfuerzo ni conocimiento computacional; básicamente, la información estaba mal protegida, o no fue considerada como "privada".


Desde ese día se han generado reacciones diversas, algunas más histéricas que otras (propio de los chilenos). Se ha hablado de proyectos de ley, de delitos, de "hackers" y "hackeos". Se dicen tantas cosas.

Mi primera reacción fue notar dos cosas: la mayoría de los medios de comunicación poco interés manifestaron en el asunto, lo que creo se debe a que los chilenos estamos acostumbrados a que nuestra información ande dando vuelta de mano en mano, de vendedor en vendedor. La segunda, constatar la falta de celo de los órganos públicos por cuidar información que los ciudadanos hemos entregado.

Pero luego del temporal, la calma... En realidad, pensamos con mi esposa, hace tiempo que nuestra información anda dando vuelta, hace tiempo que es posible rastrear información cruzando diversas fuentes. El punto es que sólo algunos pueden hacerlo porque disponen de medios más o menos legales para hacerlo. Esos algunos poseen un poder que el común de los connacionales no poseemos. Ellos tienen nuestra información, me refiero a grandes consorcios comerciales, asociaciones gremiales como las cámaras de comercio o las isapres. Que la usen bien o mal no es un problema; si tengo la información y requiero saber algo, ¿por qué no habría de utilizar los datos que poseo?, ¿por una ley?... andaaa.

Por otro lado, parece que es una tendencia cultural que estamos transitando hacia una sociedad menos pudorosa. Tal vez, fenómenos como los videos subidos a "youtube", los "fotologs", los blogs (por supuesto) o las comunidades tipo "facebook" muestran que las personas están (estamos) tendiendo a reservarse cada vez menos datos personales. Probablemente, en poco tiempo ya no estaremos hablando de aquello que, tradicionalmente, hemos conocido como "privacidad". Sin duda, internet tiene que ver con ese cambio cultural.

Dados los puntos que expongo en los párrafos anteriores, tal vez sería mejor procurar contar con bases de datos públicas con toda la información de todos. En el fondo, mientras más información hay, mientras más nos conocemos, estamos más seguros, por un lado. Por otro lado, al estar la información disponible para un número mayor de personas, son más los que se benefician, más se distribuye el poder y menos concentración hay, que produce distorsiones en las condiciones de competencia respecto a los grandes sectores empresariales.

Por ejemplo, si todos sabemos que "juanito" pertenece a una extraña religión medioriental, menos posibilidades hay que sea discriminado por esa razón; porque sabremos que hay muchos otros como "juanito", porque ellos se vincularán y montarán sus redes de protección, y terminaremos por aceptar que existen y forman parte de nuestra sociedad. Otro ejemplo, si todos mis datos indican que no consumo viagra, tal vez dejarían de llegarme esos millones de "spams" ofreciéndome pastillas que no compraré hasta dentro de doce largos meses... O en positivo, si saben mi tendencia política, quizás el candidato Piñera deje de hacerme llamadas telefónicas porque sabrá que nunca votaré por él, aunque no me contrate en sus empresas, o aunque me contrate. Tal vez, el almacén de don Manolo podrá ofrecer productos particulares para potenciales clientes, realmente interesados en esos productos.

Los beneficios de liberar la información, hasta ahora, considerada "privada"
pueden ser muchos. Tantos como los de liberar los códigos de los programas computacionales. Tantos como los beneficios económicos, que algunos señalan, tendría la legalización de la marihuana. Vaya a saber uno...

Por último, creo que la tendencia a ser menos pudorosos con quienes somos y con nuestra "privacidad" se impondrá, de modo que los "privacidistas" leguleyos estarán dando la hora.

Un abrazo.

MVP

martes, 29 de abril de 2008

Faltas a la probidad intelectual

A menudo se habla de la baja calidad de los programas nacionales de televisión, de la farándula, de la ordinariez, la rotería y todo un cúmulo de reproches hacia los espacios de "diversión" audiovisual.

Todo lo anterior puede ser correcto, sin embargo hay algo que poseen los programas de entretención: son honestos. No ofrecen algo que no entregan, pueden ser algo aburridos según mi gusto, pero no tienen mayores pretensiones. Son solamente lo que dicen ser, espacios para satisfacer el deseo de esparcimiento de la audiencia, mediante las alternativas que los mismos espectadores han definido como atractivas. Ofrecen-venden lo que la mayoría compra, un negocio basado en una demanda que busca "pasar el rato".

Pero hay otros programas que prometen algo más, que se muestran como espacios dedicados a tareas más nobles, como la defensa del derecho de expresión, de información, del conocimiento que es básico para una democracia sana. Me refiero a los espacios de prensa. Ellos se han auto-proclamado como baluartes de la divulgación de información. Pero, ¿y si ellos ya no informan?

No me refiero a la manipulación tendenciosa producida por la concentración de los medios en manos de grupos oligárquicos. No me refiero a la propaganda en favor de intereses corporativos. Me refiero a algo más burdo. Me refiero al intento de distraer la atención con anécdotas periodísticas que, sólo muestran el poco esfuerzo en construir historias dignas de conquistar la credulidad de la población.

Es inaceptable que esta alianza político-empresario-periodística pretenda hacernos creer que el uso indebido de un auto público es algo importante, cuando nuestra democracia se degrada producto de la aplicación de un modelo político estéril, que no logra concitar el interés de una sociedad, cada vez más avocada a satisfacer sus deseos particulares.

¿Dónde hay que buscar la información realmente relevante para lograr comprender el mundo en que estamos viviendo, y cómo se inserta Chile en ese contexto?, ¿a partir de qué información uno decide qué posturas apoyar o a cuáles oponerse?, ¿donde están los argumentos necesarios para hacerse parte del proyecto país de los próximos treinta años?, ¿existe algo así, quién lo conoce, quién lo difunde?

Estamos viviendo un período en que los medios de comunicación han dejado a un lado su razón de ser, incurriendo en una falta de probidad intelectual que linda en el dolo.

Acepto que me mientan como parte de un programa político-ideológico. Lo que me da rabia es la falta de estilo, la falta de creatividad, la mediocridad literaria. Sería más interesante que los "canales grandes" pusieran a dirigir los departamentos de prensa a guionistas y directores de sus áreas dramáticas.

domingo, 27 de abril de 2008

La paja y la viga

Esta escribiendo una introducción mucho más larga, más argumentada y contextualizada. Pero la borré porque no vale la pena. Simplemente quiero desahogarme, escupir la rabia producida por una situación que muestra la tontera de los medios de comunicación y la "clase política".

Todo el revuelo armado por el uso "inapropiado" de vehículos públicos para fines particulares me parece la vanalización más burda de la actividad política. Todas las "patadas y sancadillas" bien o mal dadas en este "medio tiempo" de la administración Bachelet, quizás podrían servir para algo. Pero, el asunto de los vehículos es un pelo de la cola.

Preocupados de la paja que se lleva el viento, mientras las vigas son carcomidas por las polillas.

La señora subsecretaria podría pasarse toda su gestión viajando en auto entre Arica y Punta Arenas, pagando todos los peajes respectivos, y no lograría gastar el equivalente de las pérdidas que ha dejado una inepta administración de los conflictos laborales en Codelco.

El gobierno podría poner buses para transportar al colegio a todos los hijos de los funcionarios de las fuerzas armadas y empleados públicos, con un costo mucho menor que las millonarias sumas que se gastan en pago de licencias de software privativo, para realizar tareas que están más que bien soportadas con aplicaciones libres y/o de fuentes abiertas.

Todos los años vemos los gastos en planes de descontaminación de la cuidad de Santiago, grandes gastos de salud para paliar enfermedades invernales que se reproducen por el asinamiento de una ciudad que poco a poco deja de respirar aire... Y van a aumentar las hectáreas asignadas para uso urbano... Quieren disminuir el uso del automóvil, pero se esmeran por todos los medios, en asegurarse que sea el único medio digno de movilización... ¿Y la regionalización cuándo?, ¡achiquen esa ciudad!

Cotidianamente vemos el mal gasto de cuantiosos recursos económicos, humanos, ambientales por la terquedad de un modelo de desarrollo insano. Vigas de oro para sostener un templo cuyo techo que no logra cubrir las necesidades básicas de sus fieles.

Los órdenes de magnitud de diferencia en el mal gasto, o mal uso, de recursos es tan grande que es una burla gastar horas de información, conversación y reflexión (hasta este mensaje es ridículo), en tratar el uso inadecuado de un auto; de seguro en el Ministerio se gasta más dinero en café y galletitas.

 
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