martes, 29 de abril de 2008

Faltas a la probidad intelectual

A menudo se habla de la baja calidad de los programas nacionales de televisión, de la farándula, de la ordinariez, la rotería y todo un cúmulo de reproches hacia los espacios de "diversión" audiovisual.

Todo lo anterior puede ser correcto, sin embargo hay algo que poseen los programas de entretención: son honestos. No ofrecen algo que no entregan, pueden ser algo aburridos según mi gusto, pero no tienen mayores pretensiones. Son solamente lo que dicen ser, espacios para satisfacer el deseo de esparcimiento de la audiencia, mediante las alternativas que los mismos espectadores han definido como atractivas. Ofrecen-venden lo que la mayoría compra, un negocio basado en una demanda que busca "pasar el rato".

Pero hay otros programas que prometen algo más, que se muestran como espacios dedicados a tareas más nobles, como la defensa del derecho de expresión, de información, del conocimiento que es básico para una democracia sana. Me refiero a los espacios de prensa. Ellos se han auto-proclamado como baluartes de la divulgación de información. Pero, ¿y si ellos ya no informan?

No me refiero a la manipulación tendenciosa producida por la concentración de los medios en manos de grupos oligárquicos. No me refiero a la propaganda en favor de intereses corporativos. Me refiero a algo más burdo. Me refiero al intento de distraer la atención con anécdotas periodísticas que, sólo muestran el poco esfuerzo en construir historias dignas de conquistar la credulidad de la población.

Es inaceptable que esta alianza político-empresario-periodística pretenda hacernos creer que el uso indebido de un auto público es algo importante, cuando nuestra democracia se degrada producto de la aplicación de un modelo político estéril, que no logra concitar el interés de una sociedad, cada vez más avocada a satisfacer sus deseos particulares.

¿Dónde hay que buscar la información realmente relevante para lograr comprender el mundo en que estamos viviendo, y cómo se inserta Chile en ese contexto?, ¿a partir de qué información uno decide qué posturas apoyar o a cuáles oponerse?, ¿donde están los argumentos necesarios para hacerse parte del proyecto país de los próximos treinta años?, ¿existe algo así, quién lo conoce, quién lo difunde?

Estamos viviendo un período en que los medios de comunicación han dejado a un lado su razón de ser, incurriendo en una falta de probidad intelectual que linda en el dolo.

Acepto que me mientan como parte de un programa político-ideológico. Lo que me da rabia es la falta de estilo, la falta de creatividad, la mediocridad literaria. Sería más interesante que los "canales grandes" pusieran a dirigir los departamentos de prensa a guionistas y directores de sus áreas dramáticas.

domingo, 27 de abril de 2008

La paja y la viga

Esta escribiendo una introducción mucho más larga, más argumentada y contextualizada. Pero la borré porque no vale la pena. Simplemente quiero desahogarme, escupir la rabia producida por una situación que muestra la tontera de los medios de comunicación y la "clase política".

Todo el revuelo armado por el uso "inapropiado" de vehículos públicos para fines particulares me parece la vanalización más burda de la actividad política. Todas las "patadas y sancadillas" bien o mal dadas en este "medio tiempo" de la administración Bachelet, quizás podrían servir para algo. Pero, el asunto de los vehículos es un pelo de la cola.

Preocupados de la paja que se lleva el viento, mientras las vigas son carcomidas por las polillas.

La señora subsecretaria podría pasarse toda su gestión viajando en auto entre Arica y Punta Arenas, pagando todos los peajes respectivos, y no lograría gastar el equivalente de las pérdidas que ha dejado una inepta administración de los conflictos laborales en Codelco.

El gobierno podría poner buses para transportar al colegio a todos los hijos de los funcionarios de las fuerzas armadas y empleados públicos, con un costo mucho menor que las millonarias sumas que se gastan en pago de licencias de software privativo, para realizar tareas que están más que bien soportadas con aplicaciones libres y/o de fuentes abiertas.

Todos los años vemos los gastos en planes de descontaminación de la cuidad de Santiago, grandes gastos de salud para paliar enfermedades invernales que se reproducen por el asinamiento de una ciudad que poco a poco deja de respirar aire... Y van a aumentar las hectáreas asignadas para uso urbano... Quieren disminuir el uso del automóvil, pero se esmeran por todos los medios, en asegurarse que sea el único medio digno de movilización... ¿Y la regionalización cuándo?, ¡achiquen esa ciudad!

Cotidianamente vemos el mal gasto de cuantiosos recursos económicos, humanos, ambientales por la terquedad de un modelo de desarrollo insano. Vigas de oro para sostener un templo cuyo techo que no logra cubrir las necesidades básicas de sus fieles.

Los órdenes de magnitud de diferencia en el mal gasto, o mal uso, de recursos es tan grande que es una burla gastar horas de información, conversación y reflexión (hasta este mensaje es ridículo), en tratar el uso inadecuado de un auto; de seguro en el Ministerio se gasta más dinero en café y galletitas.

 
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