martes, 10 de septiembre de 2013

40 años de qué



“Todxs decían algo. Yo sólo quería ser popular”...

No son los 40 años. Es el miedo. Es el tiempo que no comienza a caminar. Son los ojos abiertos que no permiten volver a soñar. Son las ambiciones cotidianas que nos salvan del dolor de perder nuevamente. Es que de alguna manera, estamos estancados. Nos negamos satisfacer la necesidad de caminar.

¿Acaso la conspiración no comenzó cuando triunfó Allende en las urnas? ¿acaso no comenzó durante la campaña? ¿acaso la muerte no asomaba durante las campañas anteriores? ¿acaso la dominación oligárquica no estaba desde los comienzos de la “vida independiente de Chile”?

¿No fue el gobierno de la Unidad Popular una pequeña victoria electoral, la primera quizás, de un proceso histórico de construcción democrática y consolidación de la soberanía popular? ¿No fue el triunfo de la conciencia de clase? ¿Acaso no festejaron el triunfo los caídos en tantas matanzas, que se repiten una y otra vez, en la historia de Chile?

Sabemos que la corrupción moral del Estado fue una excusa barata. Pero, ¿sabemos que la guerra fría también fue una excusa? El contexto global que financiaba el puño oligarca. ¿Desde cuándo se venía gestando el golpe de Estado?

Tal vez ahí está el asunto, hace 40 años no hubo otro golpe de Estado. Hubo otro golpe al pueblo. Es al pueblo que le temen. Es a la soberanía popular que detestan. Es a la masa organizada decidiendo el destino del país que no pueden ver. Porque nunca lo han soportado.

No es sólo la avaricia de riquezas, es el Poder, la Autoridad, el Gobierno... ¿No fue Portales quién redactó las ordenes que acataron Pinochet y los otros jefes de las Fuerzas Armadas? ¿No fue para eso que se fundaron las escuelas de oficiales?

Definitivamente, el golpe no fue contra el gobierno de Allende. El golpe fue contra la democracia; contra la república. Contra la distribución de Poder.

Por eso el miedo. Por eso una Constitución excluyente. Por eso el sistema binominal. Por eso la reducción de las horas de historia; porque la historia de Chile es la historia de la dominación clasista de la oligarquía. Por eso la eliminación de las clases de Educación Cívica. Por eso la eliminación del Estado docente.

No son 40 años. Son más. Y todos los muertos son nuestros muertos.

Pero si. Hace 40 años se dio un golpe; uno duro. No el primero, no el último. Un golpe que siguió agrediendo día a día. Un golpe que sigue violentando día a día. Una amenaza de muerte permanente al pueblo.

No tengo la certeza de saber si resistiremos, si venceremos. Pero por amor y respeto a nuestros muertos, no debiéramos bajar los brazos, no debiéramos dejar de luchar contra el miedo, no debiéramos dejar de insubordinarnos, no debiéramos dejar de recordarlos, no debiéramos dejar de caminar sus pasos.

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