Pisteando como un campeón

Desde hace un par de semanas que circulo en dos ruedas... ha sido todo un descubrimiento.
Ya tengo mi motoneta (escúter o scooter, como prefieran). Gracias a este invento duermo 30 minutos más, viajo sentado y cada día es una aventura. Hasta llego contento a la oficina. Como si fuera poco el reposo adicional y los beneficios psicológicos, ahorro plata; ahora gasto menos de $1.000 diarios.
Andar en motoneta puede parecer un acto trivial y sin mayor trascendencia para algunos. Pero en mi caso es un gesto de trascendencia, es un acto litúrgico que me conecta con mi historia... Mi abuelo andaba en motoneta por allá por el 1959, luego fueron mis tíos y ahora yo (también hay una prima que tiene la suya). Es decir, corre por nuestras venas. Y como ven en la foto, mi hijo (y su hermano) pronto tendran las suyas, es claro...
Debo reconocer que por mucho tiempo no las tomé en cuenta, las consideraba un medio de transporte algo peligroso y esas cosas, pero es la raja. Debo reconocer que es un tanto egocentrico o autista, pero que agradable llegar a la casa sin que te apreten o miren feo porque no quieres dar el asiento..., ahora nadie me pide el asiento. Tampoco se me lanzan encima los limpia-parabrizas en los semáforos, ni los mendigos me piden monedas; es como que voy por la calle pero no les importo; como la moto no tiene monedero...

Eso por ahora, mañana les subo otra foto.